sexta-feira, 10 de dezembro de 2010

SOUSTELLE 1


"EL SOL YA HABÍA SALIDO, SEÑOR CRISTÓBAL COLÓN


'El primer rayo de sol va a alcanzarla [se trata de América] y restituirla a la humanidad', declara el expositor, quien habla también de la 'larga noche anterior al nascimento' en que estaba hundido el continente rojo antes de su descubrimiento por los europeos.
__ !Um momento, señor Cristóbal Colón! Hay un error. El sol ya había salido desde hacía mucho teiempo.
Diga que no sabía que este continente existiera. Diga que Europa ignoraba que, más allá del océano, existían tierras immensas, con sus Estados , sus ciudades, sus artes y sus dioses. ?Pero todo esto era nada sólo porque sus ojos no lo habían contemplado?
Extraña ilusion, en verdad. Irresistiblemente  hace recordar la de aquel reyezuelo miserable del Asia Central que, después de haber tomado su pobre comida de leche cuajada bajo su tienda de fieltro, por medio de um heraldo se dignaba autorizar a comer a todos los reyes y príncipes del mondo. ?Solo había habido belleza y verdad entre los cuatro muros de nuestra pequeña casa familiar?
?Por qué no aceptar la evidencia? Mucho antes de Colón - cuya hazaña sólo significó para el Nuevo Mundo, durante largo tiempo, la destrucción de todos los valores que se habían creado -, los hombres de América, y especialmente los de México, habían hecho múltiples búsquedas y logrado algunos encuentros , al igual que nosotros. Para desborzar, se habían ensangrentado las manos com espinas y los pies con las piedras de los caminos, como nosotros. Habían construido palacios y templos, observados los astros y escrito libros. Valerosamente habían representado su papel en la escena que les estaba asignada, al lado de los demás. Habián sufrido como los demás y habían tratado como los demás de dominar su sufrimiento. Aunque ignorada por nosotros, su aventura fue, como la nuestra, una parte de la aventura humana.
Aún más: si imaginamos a un observador sobrehumano que, en determinados momentos de la historia, abarcara de una sola mirada las dos orillas del Atlántico, ?dónde habría de visto surgir la luz y dónde esperarse las tinieblas? Entre 600 y 800, por ejemplo, ?cuál erqa el centro cultural más brillante? ?Era nuestro pobre Occidente, agotado por las invasiones bárbaras y ocupado en rumiar débilmente los últimos restos de la gran fiesta antiqua, o el rico y luminoso México, cubierto de parte a parte por una capa de piedras esculpidas, de Teotihuacán a Monte Albán y de Palenque a Copán? La balanza de la civilización se inclinabla entonces hacia la tierra de Quetzalcóatl" Jacques Soustelle, El Universo de los Aztecas, p. 22-23.


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